
Se trata de una tecnología que evita el congelamiento del agua en regiones frías, donde la temperatura puede llegar a -22 °C. El Bebedero Térmico Ovino (BeTO) funciona con energías renovables, busca mejorar el bienestar animal y facilitar los trabajos del personal de campo. Fue desarrollado por especialistas del INTA Los Antiguos —Santa Cruz— y Balcarce —Buenos Aires—.