Se presentaron 6 nuevos registros de alimentos con indicación geográfica

Con seis nuevas Indicaciones Geográficas reconocidas desde diciembre, el país acelera el proceso de valorización de productos regionales y apunta a conquistar mercados con identidad propia.

Actualidad26/05/2025CamponoticiasCamponoticias

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En un hecho “sin precedentes para el sistema de certificación agroalimentaria”, Argentina reconoció seis nuevas Indicaciones Geográficas (IG) en apenas medio año, señaló la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).

La decisión representa un quiebre en la tendencia histórica: entre 2010 y 2024 se habían logrado solo 13 reconocimientos. Ahora, con estas nuevas incorporaciones, el país alcanza las 19 certificaciones oficiales de origen y calidad diferenciada.

La más reciente es el “Aceite de Oliva Virgen Extra de San Juan”, formalizado por la Resolución N° 77/2025 de la Secretaría de Agricultura. Este producto se suma al Té Argentino, el Orégano de San Carlos (Mendoza), la Cereza del Valle de Los Antiguos (Santa Cruz), el Pimentón del Valle Calchaquí (Salta) y la Miel de Flores de Atamisqui (Santiago del Estero), todos incorporados desde diciembre pasado.

Impulsan la identidad y el valor agregado de los alimentos argentinos
La política de reconocimiento de IG está impulsada por la Subsecretaría de Economías Regionales y Pequeños y Medianos Productores.

Se trata de una estrategia de desarrollo que busca destacar la identidad territorial de los alimentos y fortalecer las cadenas productivas locales.

Actualmente, más de 440 elaboradores están directamente beneficiados, y se estima que la iniciativa podría alcanzar a más de 2000 en los próximos años.

Cada una de estas distinciones no solo protege legalmente la denominación de origen, sino que también habilita una nueva etapa en la promoción de exportaciones con valor agregado.

Los productos con IG son reconocidos internacionalmente por su autenticidad, lo que representa una ventaja clave en mercados exigentes como la Unión Europea (UE) o Asia.

Más allá del impacto económico, estas certificaciones son también una reivindicación cultural. Reflejan la diversidad productiva del país y ponen en valor saberes tradicionales que, en muchos casos, se transmiten de generación en generación.

En este sentido, el avance reciente es también un reconocimiento a las comunidades que sostienen la producción local con identidad y compromiso, destacaron.

En un escenario internacional marcado por consumidores que valoran el origen y la autenticidad de lo que consumen, los sellos de calidad como las Indicaciones Geográficas, el certificado de Alimentos Orgánicos Argentina y el distintivo Alimentos Argentinos adquieren un papel central.

Estas herramientas no solo permiten identificar productos con características singulares, sino que también fortalecen la posición de los productores nacionales en cadenas de valor más exigentes y competitivas, subrayaron desde la SAGyP.

Las IG, en particular, reflejan una conexión directa entre el producto y su lugar de origen, incorporando factores ambientales, culturales y saberes tradicionales en la construcción del valor.

Amparadas por la Ley Nº 25.380 y su modificatoria 25.966, estas certificaciones ofrecen un marco legal para proteger y promover alimentos diferenciados que, cada vez más, encuentran demanda en los mercados internacionales por su identidad y trazabilidad. (CampoNoticias)

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